Consiste en aquellas relaciones sexuales, que mantiene un niño o
una niña (menor de 18 años) con un adulto o con un niño de más edad, para las
que no está preparado evolutivamente y en las cuales se establece una relación
de sometimiento, poder y autoridad sobre la víctima.
Las formas más comunes de abuso sexual son: el incesto, la
violación, la vejación y la explotación sexual. También incluye la solicitud
indecente sin contacto físico o seducción verbal explícita, la realización de
acto sexual o masturbación en presencia de un niño y la exposición de órganos
sexuales a un niño.
El maltratador habitualmente es un hombre (padre, padrastro, otro
familiar, compañero sentimental de la madre u otro varón conocido de la
familia). Raramente es la madre, cuidadora u otra mujer conocida por el niño.
Otro tipo de maltrato infantil es el llamado Sindrome de
Münchausen por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o
producirla por la administración de sustancias y medicamentos no prescritos.
Generalmente se trata de un niño en la edad de lactante-preescolar
(edad media de 3 años). Los signos y síntomas aparecen solamente en presencia
de la madre (habitualmente el perpetrador del abuso), son de causa inexplicable
y los exámenes complementarios no aclaran el diagnóstico. Este sindrome
presenta una mortalidad entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar
lugar a desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales.
Además se debe incluir el maltrato prenatal, definido como
aquellas circunstancias de vida de la madre, siempre que exista voluntariedad o
negligencia, que influyen negativa y patológicamente en el embarazo, parto y
repercuten en el feto. Tales como: rechazo del embarazo, falta de control y
seguimiento médico del embarazo, negligencia personal en la alimentación e
higiene, medicaciones excesivas o no prescritas, consumo de alcohol, drogas y
tabaco, exposición a radiaciones, y otras.
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